10 Jul Combinar belleza y salud con la medicina estética en verano
Para lucir una piel saludable y atractiva, es necesaria una puesta a punto con tratamientos de medicina estética que revitalicen y preparen el cutis. El sol, el agua de mar o el cloro de las piscinas pueden ser nuestros grandes enemigos del verano, puesto que son agentes externos que pueden dañar y debilitar nuestra epidermis. Por ello, procedimientos como las infiltraciones de bótox o ácido hialurónico se convierten en el reclamo de estos meses de calor. Además de ser técnicas adaptadas a todos los bolsillos, son capaces de borrar las líneas y las arrugas de expresión. La inyección de ambas sustancias incluye una buena dosis de belleza, pero también de salud.
Para conocer profundamente los dos tratamientos, desde la Unidad de Medicina Estética del Dr. Junco mostramos a nuestros pacientes las implicaciones, ventajas e inconvenientes principales que tienen el bótox y el ácido hialurónico, así como sus diferencias:
- Bótox: es el procedimiento cosmético más realizado en todo el mundo gracias a los buenos resultados que ofrece. Elimina las líneas de expresión, las patas de gallo y las arrugas de cara o cuello y consigue una apariencia más joven y fresca en pocos días.
Al ser un tratamiento que se realiza en consulta en media hora, es muy poco invasivo en comparación con las cirugías estéticas, y sus efectos son comparables a los conseguidos con determinados procedimientos quirúrgicos. Para la aplicación de Bótox se utilizan agujas muy finas, por lo que sólo resulta un discreto enrojecimiento de la zona tras la infiltración. El efecto aparece tras dos o tres días post tratamiento, siendo completo pasada una semana. La sustancia consigue frenar las fibras musculares, provocando así una relajación temporal de las mismas durante de 3 a 6 meses. - Ácido Hialurónico: es una sustancia que se encuentra de manera natural en nuestro cuerpo y es la responsable de retener las moléculas de agua para rellenar el espacio entre las fibras de nuestra piel. Se encuentra en grandes cantidades en personas jóvenes pero se va reduciendo con el tiempo.
Con una infiltración de ácido hialurónico en las zonas del rostro que se quieren tratar conseguimos devolver la tersura a la piel sin que pierda su naturalidad. Al tratarse de una sustancia que ya se encuentra en nuestro organismo, rejuvenece la piel sin que ésta pierda su naturalidad original.
El tratamiento puede repetirse con el tiempo, una vez el propio cuerpo ha reabsorbido la sustancia y el efecto rejuvenecedor ha disminuido. Por lo general, basta con realizar el tratamiento cada seis meses o un año, dependiendo de cada persona, para así mantener una piel perfecta.
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